Atención: Esto no es un blog que busque entretener o ser la sensación de momento, es simplemente un espacio en el que escribo lo que pienso o siento por lo que, ni tú estás en la obligación de leerlo ni yo de escribir algo para lectura ajena.

miércoles, 1 de junio de 2011

Le doy otro mordisco al helado, sintiendo como su temperatura daña mis dientes pero no me importa. Sabe a vainilla y chocolate. Nunca me ha gustado demasiado la vainilla, a mi madre tampoco, debe ser algo hereditario. Mientras me termino el último bocado el cual se derrite en mi boca, pienso en qué escribir pues, hay tanto y a la vez tan pocas palabras. Ojalá alguien me ofreciera sentarse conmigo en silencio y, mirarnos mutuamente hasta haber desahogado a gritos mudos todo aquello que no sé como expresar.

Se acabó, el efímero momento dulce ya forma parte del pasado y, como me prometí, ahora toca relatar algo que después, al releerlo, consiga traerme recuerdos. De eso se trata este blog. Tantas cosas pasan ahora por mi cabeza... Hoy me han llamado pequeña, me han hecho sentirme fuerte, deseada, querida, necesaria, me han sacado la sonrisa....
¿Te das cuenta de que, todo lo que nos ocurre va directa o indirectamente relacionado con los demás? El hombre no podría vivir solo. Somos seres que necesitamos de los demás constantemente. Y aquí llega el amor, con su porte alto y la capacidad de hacernos sentir al mismo tiempo en las nubes y bajo el suelo, contradiciendo esa ley que menciona el hecho de que un objeto no puede estar en dos lugares a la vez. Pero ahora no es tiempo de teorizar sobre el amor, prefiero dejarlo escondido al fondo a la derecha. Sentimientos que es mejor no mencionar.

Quiero ahora hablar de la amistad. Esa clase de amor que sí suele ser para siempre. Conozco la clase de amistad que es eterna y que, aun estando una de las partes fallecidas, la grandeza de lo que fue no muere a pesar del tiempo. Sí, el recuerdo pesa pero las sonrisas son demasiadas para ponerse triste. Por un recuerdo una lágrima y cientos de recuerdos hermosos. He visto a mi madre llorar y sonreír al mismo tiempo hablando de la que fue siempre su mejor amiga pese a las miles de peleas y rencillas, también he visto como se le llena la boca al hablar de su compañera y, siento una sana envidia esperando poder tener algún día lo que ella tiene.

Ahora, toca dejar de lado los temas serios para pasar a cualquier otra cosa que se me ocurra...Llevo ya veinte minutos aquí y creo que es hora de concluir la entrada.
Con amor,
Almu

No hay comentarios:

Publicar un comentario