Y me acerco lentamente a eso que tanto miedo me causa aunque más que miedo es respeto. Respeto hacia lo desconocido, a tener que soltar la mano de mis padres y aprender a caminar sola por un sendero que tendré que andar sola, sin ayudas. No quiero crecer, cada vez estoy más segura de ello pues significa tener que dar ejemplo, aprender a sufrir sin tener donde llorar, ver pasar el tiempo ante tus ojos...
Tengo miedo de no hacer todo aquello que un día me propuse, de decepcionar a todas esas personas que siempre estuvieron ahí, de cometer un fallo sin solución que me haga retroceder o perderme pues, en el sendero de la vida no hay indicaciones, solo tú decides hacia dónde ir y si escoges mal, la única solución es esperar el próximo cruce.
Tengo miedo de la soledad, de no encontrar a nadie nunca que pueda sentir algo por mí, que me diga dos simples palabras cada mañana y cada vez que sienta el mundo desmoronarse porque, sin nadie a quien querer, por muy fuertes que nos creamos, no somos nada y esto lo dice una de esas personas que ya no cree en el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario